Tizimín: tierra de reyes

La tierra del mondongo kabik y el chocolomo, Te-tzimin-cah o Tzimintán (sitio del tapir), como se llama en el pasado, posee la feria ganadera más antigua de Yucatán; resultado de una práctica que se extendió a Buctzotz, Panabá, Temozón, Valladolid, Sucilá e X´matkuil; y que hoy por hoy destaca al municipio a nivel nacional.

Además, pocos saben que en 1870 la villa de Tizimín dono al  Obispo de Yucatán, doctor Crescencio Carrillo y Ancona, un manuscrito que se ha denominado Chilam Balam de Tizimín, y que actualmente se conserva en el Museo Nacional de Antropología e Historia; el cual viene a ser documento que demuestra todo lo que aún falta por descifrar de esta mística cultura.

Localizado en el noreste del estado, a 160 kilómetros de Mérida, este interminable municipio alberga gran parte del pulmón natural de Yucatán: la Reserva de la Biósfera de Ría Lagartos, un área de humedales de los más importantes del mundo, de acuerdo a la Convención de Humedales Ramsar; por lo que es hogar del flamenco rosa y los temerarios lagartos.

Tizimín también cuenta con asentamientos como Kulubá, unas curiosas catacumbas y destaca su cenote Nohoch Dzonot en Kikil, así como el ex convento franciscano, de 1563, y la capilla de la Virgen de Guadalupe.

Pero el evento que dimensiona las visitas de Tizimín cada año es, su fiesta patronal y feria, del 29 de diciembre al 06 de enero, en honor a los Santos  Reyes, a los cuales se les edificó una capilla en 1666 sobre un adoratorio maya. A partir de entonces los Reyes de Oriente transformaron al lugar en destino de peregrinación.

Los Reyes con de cedro, de una metro de altura, y los adornos y las hojas de sus trajes son de oro puro. Dicen que provienen de Barcelona, otros informan que aparecieron en la costra y unos más, que fueron hallados en una cueva. Esto es parte de la mítica que envuelve a los santos.

La parroquia de los Santos no tiene torres, pero tiene tres filas de tronera para la defensa armada, ya que durante la Colonia, Tizimín fue fronteriza con la zona libre, a donde se escondían los mayas insubordinados a la evangelización.

El inicio de la fiesta grande de Tizimín, comienza el 28 de diciembre. Ese día, la iglesia se transforma ya que al frente del altar se instala una barrera para controlar a los peregrinos.

Pero no solo en enero se honra a los Reyes, ya que Tizimín vive envuelto en una de las expresiones más profundas de fe, de un pueblo que recurre a los santos para algún favor o agradecer una petición. Es la pasión de la fe, así es Tizimín, así se entrega a  los santos, como se entrega cada uno de los rincones al visitante.